Para contextualizar brevemente nuestra metodología, en BCome realizamos ACV de productos “cradle-to-gate”. Los análisis de la cuna a la puerta excluyen el uso y el final de su vida útil, dos etapas en las que normalmente se consideran la biodegradabilidad y la liberación de microplásticos. Además, ningún indicador de impacto del ACV refleja los efectos negativos de los microplásticos liberados al lavar prendas sintéticas. Por tanto, las ventajas o desventajas de la biodegradabilidad de las fibras no son visibles en BCome LCA. Sin embargo, el ACV nos permite ver los impactos de las fibras sintéticas en términos de calentamiento global (en kg de CO2 eq.) y agotamiento abiótico de los combustibles fósiles (en MJ) en comparación con las fibras naturales. Dos impactos clave que no deben dejarse de lado al comparar las fibras naturales con las sintéticas.
Para complementar los resultados del ACV y reflejar los beneficios de la biodegradabilidad de productos finales (estos análisis no están disponibles para materiales), BCome propone:
- Los Indicadores de Economía Circular (CEI), basados en la metodología de la Fundación Ellen MacArthur. El CEI incluye parámetros sobre el final de vida útil de los productos, reflejando así el uso de fibras biodegradables frente a fibras sintéticas.
- Los indicadores de la ley AGEC, basados en la legislación francesa. Esta ley obliga a mostrar información sobre los microplásticos liberados durante el lavado, en función del porcentaje de contenido de fibra sintética.