Sí, la huella de carbono de un producto es un componente principal de nuestro Análisis de Ciclo de Vida.
La medimos utilizando nuestro indicador de impacto de calentamiento global, que está totalmente alineado con las normas internacionales (ISO 14044) que también forman la base de marcos de referencia como el GHG Protocol.
Cómo calculamos la huella de carbono
Nuestro indicador de calentamiento global calcula el total de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas durante la creación de un producto, desde la extracción de la materia prima hasta el momento en que sale de la fábrica, un enfoque conocido como «de la cuna a la puerta» (cradle-to-gate).
El resultado se expresa en kg CO₂ eq. (kilogramos de dióxido de carbono equivalente). Esta unidad estándar convierte el impacto de todos los diferentes gases de efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso, en una única puntuación comparable basada en su potencial para contribuir al calentamiento global.
Más que solo carbono
Aunque la huella de carbono de un producto es una métrica fundamental, representa solo un aspecto de su impacto ambiental total. Un producto con una baja huella de carbono podría tener un efecto negativo significativo en los recursos hídricos locales o en los ecosistemas.
BCome proporciona un análisis holístico al evaluar otros impactos ambientales cruciales junto con la huella de carbono. Estos incluyen:
- Escasez de agua: el estrés que la cadena de valor de un producto ejerce sobre la disponibilidad local de agua.
- Eutrofización: la contaminación de los ecosistemas de agua dulce por exceso de nutrientes.
- Agotamiento abiótico: el consumo de recursos finitos como los combustibles fósiles.
Este enfoque integral proporciona una imagen completa y precisa del verdadero desempeño ambiental de un producto, ayudándole a evitar efectos adversos no intencionados y a tomar decisiones genuinamente sostenibles.